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García Lorca, el poeta que se niega a morir

García Lorca, el poeta que se niega a morir

Poco antes de la madrugada remota del 19 de agosto de 1936, cuatro hombres que habrían de encontrarse con la muerte salían de su prisión, escoltados por bayonetas y fusiles hacia las cercanías de la Fuente de las Lágrimas. Allí, desde julio pasado, y al pie de los olivos, más de 280 personas ya habían sido fusiladas.

Ahora le tocaba el turno al poeta español Federico García Lorca, arrestado tres días antes, bajo el cargo de “espía de los rusos” y también “porque ha hecho más daño con la pluma que otros con la pistola”. Vanos fueron los intentos de sus amigos por liberarlo. Su suerte ya estaba escrita.

García Lorca apoyó, junto a otros intelectuales, al gobierno del Frente Popular con manifestaciones artísticas públicas. Por eso, cuando su hermana Concha le preguntó, a la hora de la cena, si él era en verdad un comunista como andaban diciendo por ahí, él –riendo– le contestó: “Olvídate de todo lo que dice la gente. Yo pertenezco al partido de los pobres”.

 

La guerra civil española

En julio de 1936 el aire de España olía a guerra civil. Luego del triunfo de los izquierdistas reunidos bajo el Frente Popular (apoyados por los anarquistas) en las elecciones de febrero de ese año, el ambiente se hizo irrespirable. España se debatía entre una burguesía conservadora y un gobierno progresista dispuesto a aplicar cambios radicales que habrían de afectar a varios.

Pero el nuevo gobierno se encontró con posiciones radicales internas que favorecieron un clima de enfrentamiento. Así, el 18 de julio de 1936, gran parte del ejército se alzó en contra del gobierno. La acción inmediata de éste fue que las milicias populares impidan a los sublevados apoderarse de las ciudades principales. Estalló así la guerra civil española, que habría de terminar luego de tres años con Francisco Franco al mando del país, instaurándose una dictadura militar que concluyó con su muerte, en 1975.

Varios intelectuales murieron durante aquellos años de rojos combates. Uno de ellos, sino el primero, García Lorca…

¡Ay, qué 19 de agosto en sombra!

Ilustración: Pérez De Elías

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